3 factores que no nos dejan avanzar
1. Primer factor: Nuestro propio sistema.
El otro día tenía que empezar un estampado de hogar. Acababa de terminar el que yo consideraba mi primer estampado de hogar. Hecho con el propósito de ser para hogar. Raport grande, formas grandes. Bien definido y con separación de colores. Hacer este primer estampado me había costado la vida. Me atascaba cada dos por tres y no sabía por dónde continuar. No tenía dónde agarrarme y llegué a uno de esos días de: “Esto no es lo mío”. La ansiedad crecía por días y una buena noche desesperada escribí, por wassup a una amiga y le mandé la imagen: “Tía, esto no me sale…llevo un mes de retraso de entrega”. Ella, fresca y dulce y no en un estado catatónico como el mío me dijo: “Pon unas flores blancas”. Lo hice, funcionó.
Os podéis imaginar el estado de ansiedad en el que estaba cuando tenía que empezar el segundo. No tenía ninguna gana. Miedo a que me pasaría lo mismo. El momentazo de “que gozada hacer lo que mas te gusta!” no estaba ni cerca. Y pensé: estoy fallando en algo. Algo en mis pasos no funciona que hace que me atasque. Algo en mi sistema, de lo que posiblemente yo estaba orgullosa, no funcionaba.
A la vez una de mis alumnas también estaba atascada. Al estar yo fuera de su campo de creación en seguida vi dónde. Le pedí que dejara de diseñar estampados sin haber primero preparado el campo. Sin haber primero sembrado. Le pedí que hiciera un mood de inspiración a lápiz de las composiciones que podría hacer. Le pedí que hiciera una paleta de colores. Le pedí que aprendiera a analizar antes de lanzarse a diseñar. A darle tanta importancia a la preparación como al punto de ejecutar. No me hizo ni caso.
A los dos días vi en su Instagram que se había tirado a la piscina y estaba diseñando sin preparación. Le pregunté y me contestó: “Es que lo hago así. (Frase peligrosísima). Pienso en un diseño y directamente me pongo a crearlo y desde ahí voy creciendo”. Su sistema estaba fallando, lo que para ella era una virtud se había convertido en la razón por la que se atascaba. No preparaba el diseño y a mitad del trabajo no sabía por dónde tirar. Pero como para ella era casi su virtud (lanzarse a diseñar) ni se había planteado que era a la vez lo que la hacía estancarse.
Era en el pasado lo que había hecho que cogiera el pincel por primera vez y se pusiera a pintar, pero una vez hecho este paso hay que ir más allá. El sistema de primera intuición ya no funciona. Hay que parar y reflexionar.
Y a mí con mi pattern de hogar me estaba ocurriendo lo mismo. Confiada en mi savoir faire durante años haciendo estampados de moda, me había olvidado de lo importante que es tener toda la composición ya planteada, y si, como en este caso, es algo nuevo, no solo planteada sino que detallada hasta el último detalle, para que cuando esté pintando y me atasque solo tenga que mirar mi hoja de ruta y volver a encauzar.
Mi sistema que me daba tanta seguridad (mood, color y empezar a crear) me estaba fallando y ni me lo había planteado, porque incluso estaba orgullosa de ello.
Ahora ya sé que un paso casi ridículo de mi método estaba fallando y que por eso siempre había un momento que me hacía bola el diseñar. A mi alumna la pedí, supliqué, que no diseñara por un tiempo y que preparase lo que iba a hacer. (Es lo bueno de tener a alguien con un ojo fuera).
¿Más ejemplos de pasos que damos y que a lo mejor no nos convienen?
No preparar las pinturas, los colores antes de empezar: a la larga tus “soluciones de color” son siempre las mismas por que cuando estás en mitad del dibujo no te vas a parar a buscar o preparar el mejor oscuro: ¿qué haces? coger el oscuro de siempre: o azul marino o gris de payne o marrón sepia.
No preparar qué motivos vas a pintar. A mitad del camino te falta algo y como no quieres parar a dibujar y ver si encaja esto o lo otro ¿Qué haces? tirar de las formas de siempre: las mismas hojas las mismas ramas los mismos puntos….
Te pones a pintar y creces el dibujo y sigues y !ups! pero si es una estampado! ¿Dónde lo repito?. Te olvidaste que un estampado es una repetición de sus elementos creando armonía.
¿Y tú, qué parte de tu día a día crees que puede ser lo que impide que llegues a ese paso más que quieres? ¿Necesitas un tercer ojo para ver todo eso que no ves y no te deja avanzar?
Puedes informarte de mis ASESORÍAS aquí: La Academia
Si quieres ver el trabajo de una alumna aquí te lo dejo.
Quien sea suave y dócil
es un discípulo de la vida.
Lo duro y firma se romperá.
Lao Tzu
2. Segundo factor: El sistema de Goldilocks.
“La regla Goldilocks establece que los humanos experimentamos una motivación máxima cuando trabajamos en tareas que están justo al lado de nuestras capacidades actuales. No demasiado difícil. No demasiado fácil. Simplemente correcto”.
-James Clear-
Os contaba que hace un mes estaba estancada y llevaba en ese estado mas de otro mes.
3. Tercer factor: El aburrimiento.
Decía un entrenador que la gran diferencia entre alguien que lo consigue y alguien que no es el aburrimiento. Y es verdad. Es al mayor problema de todas, y todos mis alumnos. El mayor. Y el mío también.
Queremos pasar al siguiente peldaño, donde ocurre algo, donde ocurre la magia. Donde sale el dibujo.
Si estamos haciendo estampados, queremos ir al estampado ya. No queremos hacer pruebas de color. Ni el boceto de composición, ni los motivos antes. Queremos sobre todo saber si nos va a salir o no: y por eso hacer todo el previo nos aburre.
- Nos aburre hacer mil hojitas en nuestro cuaderno de sketch.
- Nos aburre crear tres o cuatro paletas de color.
- Nos aburre hacer cinco composiciones antes.
(Lo mismo que nos aburre hacer 10 push ups, o 50 flexiones y 100 sentadillas). Queremos ir a correr ya. Queremos que adelgace ya.
Queremos ser unas genios ya, y genios también. (Cuando un día mirando el Guernica le pregunté al guarda del al lado, cuántos dibujos había hecho Picasso del cuadro, anteriores, algunos ahí mismo, me contestó “Cientos, dibujos cientos, y bocetos del cuadro se conocen 66”. No digo ná.
Y todavía es peor, algunos artistas, como yo, dicen que nunca se aburren, porque en realidad cuando nos estamos aburriendo estamos pintando o haciendo otra cosa. Y claro no: hacer otra cosa, por muy creativo que sea (en mi caso collages) es HUIR del aburrimiento. Es no querer hacer la práctica, es no querer hacer los deberes.
La práctica nos hace, nos da experiencia y nos genera herramientas con las que luego solucionamos cuando estamos en materia. Es lo único que nos da herramientas para luego solucionar o tirar del hilo.
Y lo mejor: una vez empiezas a ponerte tiempos para esos ejercicios, de repente lo disfrutas. Date 15 minutos para bocetar hojas, y quince minutos para crear colores en tu paleta. Vas a descubrir que te va a gustar y vas a descubrir que luego pintas mejor.
El aburrimiento es necesario y además: relaja la mente. :)