Con los labios tensos.

Todos los creadores tienen su método.

Y esto no hace que no se estanquen (a diario) pero si que saben qué hacer. Y ese saber qué vas a hacer te relaja, no te alarma. Es un proceso, un paso detrás de otro.

“Estoy mirando al dibujo, está todo hecho un caos y ya estoy cansada. Sé que he avanzado, pero pensé que llegados a este momento ya lo habría terminado. Pero no solo no lo he terminado, sino que además estoy más lejos todavía. Y me da el auténtico pavor, lo tengo que dejar aquí. Estoy derrotada tanto físicamente como mentalmente. Las voces de mis hijos ya son gritos en mis oídos y la radio que me daba confort ahora me pone de los nervios.” (Momento número 100 de mi día a día.)

flor

 

Es el momento en que no sabes cómo continuar. Ese momento en que lo quieres dejar porque no sabes cuál es el siguiente paso. Pruebas aquí o allá, miras en internet o en tus dibujos y nada, no lo ves.

Y aquí entra la experiencia, la edad. Todos esos años en los que has ido creando, leyendo sobre los pasos de cómo seguir. Qué hacer cuando esto pasa.

Puedes hacer como Hemingway: “Intento dejar el trabajo cuando sé lo que va después. La frase que voy a poner. Así vuelvo sobre algo, sin miedo”.

Pero esto no siempre ocurre.

Algunas veces la nube del vacío llega sin avisar.

Y puedes hacer todo eso que has leído, que si alguien lo ha escrito por algo será. (Y como tienes cierta edad, la mía, ya no fuerzas la máquina y lo haces. Eso o la botella, diría también Hemingway).

 

Debes:

-Ir a dar un paseo. Dicen que el movimiento clarifica.

-Hacer una actividad automática: mandar emails, ordenar los moods de trabajo, ordenar fotos. (No mires el instagram).

-Mirar al infinito. Dicen que ordena el subconsciente.

-Dormir una siesta (favorito de Einstein)

-Tener conversaciones con amigos (muy recomendable en época covid).

 

Cuando hayas hecho todo esto no vas a volver al trabajo creativo. Para esto tendremos que esperar al día siguiente.

Pero habremos ganado haber implantado en nuestro método  la vida. Ni más ni menos. E incluso a lo mejor la parte más interesante de ella.

Todos los creadores tienen su método.

Y esto no hace que no se estanquen (a diario) pero si que saben qué hacer. Y ese saber qué vas a hacer te relaja, no te alarma. Es un proceso, un paso detrás de otro.